Cuando hablamos de inversión inmobiliaria en Canarias, muchos o casi todos, pensamos en el sector residencial como primera opción. Quizás pensemos luego en locales y naves donde las rentabilidades del alquiler son algo mejores pero conlleva unos mayores riesgos. En cambio, en muy pocas ocasiones pensamos en terrenos y mucho menos en terrenos rústicos en Canarias. En este post explicaremos por qué la inversión en terrenos rústicos en Canarias es una inversión rentable y estable.
Motivos para invertir en un terreno rústico en Canarias
La experiencia en la compraventa de terrenos rústicos en Canarias nos dice que existen 3 motivaciones básicas, 3 comportamientos clave, que hacen que alguien se interese por este tipo de activos inmobiliarios:
Agricultores o ganaderos ya consolidados
Se trata de los agricultores y ganaderos canarios que llevan toda su vida en el sector, lo conocen a la perfección, están familiarizados con las subvenciones, con los precios del agua, son auténticos expertos en su negocio y les va bien. En ocasiones, les va tan bien que deciden ampliar la superficie a explotar para seguir haciendo eso que saben hacer mejor que nadie.
El sector primario en Canarias sigue siendo uno de los sectores, después del turístico por supuesto, que más relevancia tienen en las islas. Las nuevas generaciones de agricultores y ganaderos vienen con una visión más empresarial y técnica que la de sus padres y son éstos quienes se están haciendo con estas fincas rústicas para ampliar y mejorar el negocio familiar que ya funciona.
Por ejemplo, en esta finca de más de 40.000 metros, se puede llevar a cabo esa ampliación del negocio de la que hablamos.
Nuevos empresarios del sector primario
Con el paso del tiempo, se han ido incorporando al sector primario, personas más capacitadas y preparadas, que traen consigo estudios empresariales y agrícolas. Saben de nuevas tecnologías aplicadas al sector primario en Canarias y ven en este sector una oportunidad de desarrollo profesional que no se da en otros sectores.
Afortunadamente, nuestras tradiciones canarias y nuestro arraigo a la tierra hace que nuestros jóvenes desarrollen aquí sus capacidades y habilidades, lo cual es, sin duda, una muy buena noticia para el sector en Canarias.
La imaginación, la creatividad y las ganas de construir nuevos conceptos, son ingredientes que estos emprendedores traen consigo. Esta finca con invernaderos de más de 20.000 metros está esperando a que alguien le de una segunda oportunidad. ¿Alguien se anima?
Amantes de las fincas agrícolas de recreo
A veces para vivir, en ocasiones como residencia de fines de semana y periodos de vacaciones y en ciertos momentos como “ese terrenito para entretenerse”, son las motivaciones de los compradores de estos terrenos rústicos.
Se trata de fincas con menos metros de superficie, con un cuarto de aperos, una cueva, o una casita para disfrutar del entorno y la paz y tranquilidad que nos brinda la vida en el campo.
En este caso, las opciones son múltiples:
- Esto es una finca extensa pero donde se ha instalado una autocaravana para mayor disfrute y autenticidad del entorno.
- Cuarto de aperos con terreno de 2.000 metros en pleno centro del pueblo, lo cual le dota de un acceso envidiable por carretera asfaltada muy cerca de todos los servicios y conexiones.
- Finca con casa de piedra y cueva con casi 4.000 metros cuadrados de extensión.
Por qué invertir en una finca rústica en Canarias
Después del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, quedó estadísticamente demostrado que este tipo de activos soportaron mejor que otros la variación de precios que se produjo en el sector. Tal es así, que el precio de estos activos ha permanecido estable todo este tiempo.
Esto demuestra que puede ser un activo refugio ante las crisis. Como dicen muchos agricultores, una finca siempre te da la posibilidad de plantar lo que necesites y comer.
Por tanto, tal y como hemos ido desarrollando a lo largo de este post, invertir en una finca rústica en Canarias, puede resultar rentable y al mismo tiempo se trata de una inversión estable, pues los precios no han sufrido oscilaciones relevantes ni tan siquiera en la pasada crisis inmobiliaria.